Fuerza y menopausia

1/16/2025
Fuerza y menopausia
Un aliado imprescindible

La menopausia es una etapa natural en la vida de toda mujer, pero eso no significa que venga sin desafíos. Cambios hormonales, pérdida de masa muscular, fatiga, insomnio, aumento de grasa abdominal… son algunos de los síntomas más comunes. Sin embargo, hay una herramienta poderosa —y a menudo subestimada— que puede ayudarte a transitar este proceso con más energía, claridad y vitalidad: el ejercicio de fuerza.

¿Por qué es tan importante en esta etapa?

A medida que los niveles de estrógeno descienden, el cuerpo comienza a experimentar una serie de cambios fisiológicos que pueden impactar la salud a medio y largo plazo. Uno de los más importantes es la pérdida de masa muscular y ósea.

Aquí es donde el ejercicio de fuerza se convierte en tu mejor aliado.

Beneficios clave del entrenamiento de fuerza durante la menopausia

  1. Previene la pérdida muscular y ósea:
    A partir de los 40-45 años, empezamos a perder masa muscular de forma natural. El entrenamiento con peso estimula el crecimiento muscular y ayuda a proteger nuestros huesos frente a la osteoporosis.

  2. Regula el metabolismo y evita el aumento de peso abdominal:
    Al aumentar la masa muscular, también se incrementa el gasto energético en reposo. Esto ayuda a combatir la tendencia al aumento de grasa abdominal, tan común en esta etapa.

  3. Mejora el estado de ánimo y el sueño:
    El ejercicio de fuerza también tiene un impacto positivo en el sistema nervioso. Aumenta la producción de endorfinas, mejora la calidad del sueño y reduce los niveles de ansiedad.

  4. Fortalece articulaciones y reduce dolores crónicos:
    Una musculatura más fuerte protege tus articulaciones y disminuye el riesgo de lesiones y molestias articulares comunes.

  5. Empodera y mejora la autoestima:
    Sentirse fuerte no es solo un tema físico. Es emocional. Recuperar la sensación de potencia corporal tiene un impacto directo en cómo te relacionas contigo misma.

¿Qué tipo de fuerza necesitas?

No hace falta levantar pesas como en un gimnasio convencional si no te sientes cómoda con eso. Puedes empezar con ejercicios funcionales, peso corporal, bandas elásticas, o con el propio mobiliario de tu casa. Lo importante es la constancia y la progresión gradual.

¿Y si nunca he hecho ejercicio de fuerza?

Nunca es tarde para empezar. De hecho, muchas mujeres comienzan a entrenar fuerza por primera vez en la menopausia… ¡y no lo dejan más! Lo ideal es contar con una guía adecuada para adaptarlo a tus necesidades, tu cuerpo y tu nivel de energía actual.

Recuerda: la fuerza no es solo física, es también interna.

Incorporar el entrenamiento de fuerza a tu rutina no solo mejora tu salud física, sino que también refuerza tu conexión con el cuerpo, mejora tu ánimo y te devuelve el foco y la vitalidad que muchas veces sentimos que perdemos en esta etapa.

En consulta lo trabajo de forma personalizada, integrando el ejercicio dentro de un enfoque de salud integral que respeta tus ritmos, tus emociones y tu energía.
Si estás en este momento de tu vida y quieres mejorar tu bienestar sin dietas extremas ni exigencias externas, te acompaño.

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